Taller Literario

El taller está dirigido a toda persona con inquietudes literarias. Principiantes o avanzados.

Abarca un recorrido formativo por todos los géneros y sus características específicas:

Poesía – Cuento - Novela – Dramaturgia - Ensayo - Guión Cinematográfico

Objetivos:

La formación integral en el oficio del escritor. Teoría y práctica de los diversos géneros.

Herramientas literarias. Retórica. Búsqueda de la imagen y el tono. Introducción al conocimiento de algunas de las corrientes y movimientos más importantes.

Propuesta:

En la dinámica de la clase se aborda la obra de los escritores más importantes de la lengua. Lectura y análisis estructural de textos narrativos y ejercicios. Abordaje de los problemas constitutivos del verso ( métrica, ritmo, rima, verso libre, etc.) .Análisis de las corrientes poéticas contemporáneas. Comprensión y ejercicio del lenguaje cinematográfico ( el personaje, la estructura, la imagen-tiempo, la imagen –movimiento, etc.). Construcción de consignas facilitadoras de la escritura. Borradores en clase y corrección semana tras semana de lo producido. Los grupos son reducidos y heterogéneos en cuanto a edad y expectativas. Esto redunda en el enriquecimiento recíproco.


Sobre el arte y el mundo

Sobre el arte y el mundo

Las horas insinuadas

Las horas insinuadas

La trampa y otros relatos Gabriel Landoni y Eduardo Marando

La trampa y otros relatos Gabriel Landoni y Eduardo Marando
Prólogo a la segunda edición: La nueva inscripción que asumimos Eduardo Marando y quien suscribe, conoció la luz- o las sombras- hace casi dos décadas, publicada originalmente bajo un seudónimo que entonces nos unía, disimulándonos, en una sola pluma. Una mirada presente sobre esos tempranos ejercicios aconsejaba apenas dos instancias fatales: la destrucción o la piedad. Hemos optado por la segunda. Seguimos la necesidad de la indulgencia con estas criaturas estéticas que, hollando el laberinto de los años, llegaban otra vez hasta nosotros, distintas, transformadas en la metamorfosis de otros lenguajes y recreaciones y, sobre todo, sobreviviendo a la indiferencia y el desprecio. Nada tiene mayor prestigio que la derrota. Nada más conmovedor que el fracaso, y -ya sabemos- sólo un artista fracasa como ningún otro hombre osaría fracasar. Hemos cedido aún a otra debilidad: la elocuencia accidental, fortuita de alguna línea, la perseverancia oscura, contumaz de alguno de los personajes, en ese juego de la belleza concebida, después de Rilke, como el cruce incierto de sus dos grandes líneas de fuga: lo sublime y lo ominoso. Razones que si no ameritan, al menos, disculpan el retorno a la imprenta de estas páginas. Y una última vocación menos literaria que existencial: no seríamos ya dimisionarios apresurados del destino, en tanto la dimisión, hoy está más cerca que ayer y será inexorable. Y si además, todo acto es del olvido antes que del recuerdo, que fuera aquel quien obrara de oficio, sin nuestro consentimiento. Gabriel Landoni

Clandestinos. Martín Andalur

Clandestinos. Martín Andalur
Prólogo: Una voz peregrina, en el concierto del absurdo, vierte su clara lumbre entre las sombras del prejuicio y la ignorancia de vastos sectores de la conciencia colectiva. Martín Aldalur —su libro— restituye, si esto fuera posible, algo de la dignidad perdida. Nombra a los sin nombre, muestra a los invisibles, a los pobres entre los pobres, legitima a los clandestinos. Pinta blanco sobre negro —y la metáfora no podría ser más elocuente— en un fenómeno cuyos contornos se funden en el gris sucio de los discursos envilecidos. Y realiza esta gesta sin ceder a la tentación de idealizar a unos y satanizar a otros. Victimas o victimarios, en estas páginas, todos tienen su oportunidad. Toma posición, por supuesto, pero no cierra juicios definitivos. Esa responsabilidad nos concierne. En la aldea global, hay un infierno a la vuelta de la esquina ante nuestros ojos velados. Y por extraño que nos resulte no deja de ser el propio. El orbe entero es un cayuco y más temprano que tarde viajaremos a bordo, no ajenos a exilios y naufragios. En este báratro insondable —reflejo en negativo, anamorfosis de la civilización de bienestar— anidan los espectros de nuestra incurable estupidez, de lo peor de nuestra condición: colonialismo, violencia, oscurantismo, negación del otro como semejante, racismo. Rémoras que la pesadilla de los siglos no ha hecho sino perfeccionar. La esclerosis opulenta de las sociedades burguesas, con su doble rostro, oculta intereses inconfesables y reproduce falacias, simulacros, barbarie, guerras sin fin. Hoy, como nunca antes, esta ronda de calamidades danza en la alienación de una realidad que se banaliza en la pantalla de los ordenadores, en la pseudo-verdad de los medios. Nuevos escenarios, nuevos actores para un drama antiguo, mil veces representado, recurrente en la locura de la historia. La dolorosa suma de los testimonios que vienen nos recuerda que el problema del hombre siempre ha sido y seguirá siendo eminentemente moral. Ocupa a los contemporáneos un fin de tiempo, un cambio de paradigma. En este vórtice, resulta difícil concebir —romanticismo de lado— un mundo mejor. Pero el desafío no cesa, si no acertamos se cumplirá la celebérrima sentencia: mudar de tiranos sin destruir la tiranía. Gabriel Landoni

Las plumas del avestruz.

Las plumas del avestruz.
Prólogo: El hombre es un animal de presa, ya sea ésta de amor, de sangre, o de oro. Pero es también -y sobre todo- un sujeto moral. De allí su indescifrable paradoja. Por su ser metafísico, aun en el lodo quiere limpiarse, hundido en el pecado aspira a la redención. Y, para vivir limpio entre sus semejantes, aprende -como quería Niesztche- a lavarse con agua sucia. Dostoievski define esta agonía con una pregunta inquietante: ¿hay belleza en Sodoma? Lo que sigue a esta consideración es, para muchos, el centro de la tragedia existencial. En las ciudades malditas todos los horrores son posibles, desde aquellos sutiles que nos definen hasta los que, en el extremo de lo imaginable, ofenden nuestra condición. Discurren en estas páginas múltiples aciertos: un conocimiento profundo de la textura y de la dimensión del alma, el rostro no siempre reconocible de la crueldad desenmascarado por el escalpelo del escritor, y la piedad y el perdón en juego dialéctico de presencias y ausencias que, sin embargo, no alcanzan a consolarnos. Es que Gastón Yaryura, con admirable pluma, concibe a sus personajes, humanos, demasiado humanos, y en esa clave nos refiere, en nuestra develada sombra y en nuestra esperanza de absoluto. Gabriel Landoni

Los cuentos de anael- Elsa Chichilnitzky

Los cuentos de anael- Elsa Chichilnitzky
Prólogo: ANTOINE DE SAINT-ÉXUPÉRY dedica su obra maestra a Leon Werth, y pide perdón por haber dedicado su libro a una persona mayor excusándose en que, esta persona mayor, es el mejor amigo que tiene en el mundo, sufre y además, puede entenderlo todo, hasta los libros para niños. Precisa clave que nos revela que los adultos perdemos contacto con los años de la infancia y dejamos de comprenderla. Elsa Chichilnitzky recobra este universo y el de los primeros pasos por la escuela con pasión, vocación y sabiduría, y por supuesto lo dedica a todos los niños. Gabriel Landoni

Abismos . Gabriel Frontera

Abismos . Gabriel Frontera
Prólogo: Hay un misterio que no queremos o no podemos entender en la gesta del acto creador, y que sólo permite entrever su profundo significado estético a una sensibilidad que podríamos ubicar más allá de toda intelección. En el caso de la poesía, esta experiencia casi física ante la música verbal es más reveladora que la razón. El poeta, con mano severa, acuña su obra: luz y sombra, cara y cruz de la misma moneda. Pero siempre se trata de la belleza, lejos hoy de las definiciones del pasado y aproximándose, bordeando lo real, en la medida en que podemos concebirlo. Es allí cuando acontece la verdad del poema, con la fuerza de la idea en clave rítmica y el doble estatuto de lo maravilloso y lo siniestro. Gabriel Frontera, en la epifanía de sus voces, dice lo suyo que es ya también lo nuestro, en tanto mensaje que nos concierne. Nada más genuino ni cumplido que la promesa del epígrafe que nos recibe en las precisas palabras de Artaud. Lo que respira y agoniza, lo que pulsa en estas páginas es del orden de una ofrenda en canto ritual. En este universo íntimo, acaso no hallaremos consuelo alguno sino la vasta dimensión de un espíritu que se ha manifestado para interpelarnos. Gabriel Landoni

Cadencia rota. Poesia. Jesica Ferro

Cadencia rota. Poesia. Jesica Ferro
Prólogo: El estilo, huella indeleble de identidad, es construcción sin término. Y en la obra como en la vida, un camino vertical que no tolera repliegues. Cuando es impostura o simulación retórica, acuña voces gastadas, perecederas. Ese oro falso, por el proceso inverso de la alquimia, pronto precipita en plomo y más tarde en polvo, en nada. Con ojos velados, asistimos al horizonte yermo de escuelas y teorías a dos orillas: pseudo vanguardias o espectros canónicos. Jesica Ferro, exiliada de toda pertenencia, labra en el pomar secreto de su arrabal con simiente y barro, con sombra y soledad, pero también deseo, infinito deseo y, por supuesto, luz. Ante semejante materia, no cabe esperar letra muerta, formas exangües ni concesiones estéticas, sino un cuerpo poético lacerado pero genuino, vivo, germinal. Y si la escansión de esa herida supone, por veces, el abandono deliberado de la música, siempre es con la licencia de los que tienen algo para decir, en la profunda comprensión de la belleza como la paradoja entre lo sublime y lo ominoso. Por lo demás, en la afonía de nuestro tiempo, Cadencia rota, irrumpe con tono singular y sostiene una nota que perdura. Nadie puede, desde el atribulado presente, hollar el escenario futuro. Pero el poeta puede entreverlo, puede soñarlo y dirigir allí sus frutos. Celebramos la emergencia de un gesto que aspira, con toda legitimidad, a inscribir su marca en lo porvenir. Gabriel Landoni

Semblanzas de Barrio. Osvaldo Lebrero - Editorial El Reino

Semblanzas de Barrio. Osvaldo Lebrero - Editorial El Reino
Prólogo: ¿Cómo se construye una historia entrañable con las pequeñas escenas de la vida? Sólo una mirada lúcida que penetra en la profundidad de las tradiciones populares puede rescatar ritos y símbolos que serán luego materia sensible del relato.Osvaldo Lebrero tiene mucho que decirnos, sobre todo a aquellos que hemos crecido en la difícil, pero siempre añorada experiencia de los suburbios.Erige su obra en la virtuosa correspondencia entre argumento y lenguaje. El tono llano, emotivo acerca sus personajes a los respectivos discursos que les son connaturales. Y los define, en admirable juego de evocaciones e invocaciones en el que la memoria activa, no sólo desoculta y atesora sino resignifica y crea como puente a doble vía entre el hoy y el ayer.Porque ese barrio que retorna a nosotros desde lo más lejano - aunque vívido - del recuerdo, como la infancia, no prescribe puesto que no es ahora una localidad geográfica que ha cambiado y podríamos perder sino una localidad espiritual que nos habita y ya nunca nos abandonará. Gabriel Landoni

La Otra Verdad / Daniel Spinelli ¨Editorial El reino¨

La Otra Verdad / Daniel Spinelli ¨Editorial El reino¨
Prólogo: Es la piedad - su fuente, su fin – un valor más alto que la verdad. Porque si hay verdades que alumbran o consuelan, que dan pábulo a la idea, las hay – y no pocas – que oscurecen y desalientan, que esterilizan toda fertilidad, crueles o inútiles, peores que la mentira. Y todavía sin la certeza de haber encontrado la verdad sino apenas verdades propias, contingentes, sólo provisionales. ¿No sería gesto temerario precipitarse en su nombre? Al fin de cuentas, ¿Quiénes somos? ¿Quién es el otro, el prójimo de nuestra tribulación? ¿Qué espera? ¿Qué desespera en él? ¿Cómo seguir adelante sin inventar las horas, sin refugiarnos en los pliegues de un tiempo alucinado? Es difícil sostener la escena cuando la cubierta de lo que llamamos identidad declina. Y allí, en la caída ante el poder del destino, no nos queda más que pedir misericordia desde la ignominia de nuestra condición. Daniel Spinelli – la otra verdad, su diacronía narrativa –comprende cuanto nos humilla la realidad y propone, para salvar a sus personajes, una dimensión existencial alternativa en la que la alteridad radical, la comunión de los opuestos, la condena y el perdón son siempre posibles. En ese espejo velado, reflejo en negativo, podemos reconocernos o reconocer la sombra de nuestros deseos ocultos, acaso, inconfesables pero no por ello menos perentorios y, en ese sueño, también redimirnos.Por lo demás, fuera de la literatura, rebeldes o pusilánimes, reyes o bufones, en la batalla final seremos vencidos.Es la piedad - su porvenir, su imperiosa necesidad en el mundo – un valor esencial que nos define, mucho más alto que la verdad. Gabriel Landoni

Detrás de las máscaras. Graciela Spadaro - Editorial El Reino

Detrás de las máscaras. Graciela Spadaro - Editorial El Reino
Prólogo: ¨Caída la máscara su rostro muerto, por fin, se parece al de un hombre¨ Una cosa es segura, en el arduo camino de construcción de la identidad, nunca sabremos cabalmente quienes somos, adonde vamos, de dónde venimos ni qué significa nuestro paso por el mundo. Y el prójimo no será nunca mucho más que un reflejo de nuestros ideales, nuestras vacilaciones, nuestros deseos y miserias.Si concedemos haber llegado hasta aquí, en este punto, es legítimo preguntarnos qué cubre y, sin embargo, qué revela una máscara. En la encrucijada del porvenir cada elección es un destino, insospechado báratro o paraíso. Y el hombre es un mito en gestación, inacabado, que cada tiempo histórico resignifica. Todas sus respuestas como sus preguntas serán siempre provisionales. ¿A qué clase de verdad podríamos aspirar entonces? ¿Realidad o ficción? – Célebre pregunta de la literatura y de la vida.¨Detrás de las máscaras¨ nos propone un itinerario que, si somos afortunados, nos dejará alguna siega de nuestra propia siembra. Gabriel Landoni

Antología poética Ed. Dunken .Selección y Prólogo

Antología poética  Ed. Dunken .Selección y Prólogo
Prólogo : La belleza es una extraña moneda. En la historia del arte, la han acuñado célebres manos, pero también otras anónimas, trémulas, insospechadas. No hay discípulo incapaz de escribir un verso memorable ni consagrado maestro, totalmente, inmune a la mediocridad o el estereotipo. Cada pluma debe realizarse en la soledad del estilo, en la orfandad del sujeto creador y eludir, siempre que pueda, las modas literarias. Hay poetas o no hay poetas – replicaba Darío – no hay escuelas. El verdadero artista sigue su estrella, labra más allá de la vega de estéticas rectoras y, aún en la indigencia de nuestro tiempo, busca la belleza, comprendida, claro – como quería Rilke – por sus dos grandes líneas de fuga: lo sublime y lo ominoso. Por lo demás, seamos fieles a la propia musa y velemos para que no nos niegue. Será ella quien nos conceda los elementos primordiales de la poesía: La verdad, en la medida en que podemos conocerla, y la música. Gabriel Landoni

El Tren y los Cuervos Relatos Breves. Eduardo Marando y Gabriel Landoni

El Tren y los Cuervos  Relatos Breves. Eduardo Marando y Gabriel Landoni


Prólogo: Una inscripción se produce, un universo posible en que la palabra tiene una nueva ocasión para volverse sobre si misma.

Víctima de un tiempo en el que la técnica acecha, ¿vale todavía el anacronismo de un libro? Y si fuera que aquella saciara todas las necesidades, cabría aún preguntarse ¿por qué?, ¿hacia dónde?, ¿para qué? Las presencias que pueblan estas páginas dejan con su vida —o con su muerte— formuladas estas preguntas.

Todas la clasificaciones son odiosas o cuanto menos, superficiales y rehuyen las singularidades que las desmoronan. ¿En qué género literario incluir estos breves relatos? Ora rozan lo fantástico (toda literatura en cierto sentido es fantástica), ora lo policial o el realismo y la reflexión filosófica.

Es que la diversidad de fenómenos que llamamos realidad proyecta su cono de sombra; y allí donde la luz se extingue y entramos, sin quererlo, en el terreno de las sombras —de la sombra de la conciencia y de la sombra, más vasta, de la existencia—; allí donde lo inconcebible, por veces, nos interpela desde el relato, todo pareciera indicar que nuestro autor, en lo que sigue, salvará a los personajes de su indigencia esencial o de la ignorancia de si mismos. Y sin embargo, el intento se agota deliberadamente, como espejo temible de la sucesión infinita en que, el remolino de las vidas, se desvanece sin resolverse. Gabriel Landoni


Correción y Prólogo Gabriel Landoni ¨ Walter Schvartz¨

Correción y Prólogo Gabriel Landoni ¨ Walter Schvartz¨
Prólogo: Un legado inexorable y arcano, la presunción de la libertad de albedrío desvaneciéndose: la voluntad de los personajes, sus férreas aseveraciones no bastan para hacerlos previsibles. Irrumpe en insospechado recodo de Fatalidad.
Toda estratagema, toda lógica, acaso, toda comprensión racional fracasa o se revela insuficiente a la hora de cifrar una vida cualquiera.
Cuando hemos llegado hasta aquí, ante lo ganado y lo, irremediablemente perdido, debemos conceder - no sin estupor- al imperio del destino. Aquella trágica ¨tije¨ que los griegos concebían sin agotar aún su inconmensurable significado. En trama perfecta, el conocimiento profundo, por parte del autor, de la dimensión y la dirección de la obra, construye un universo que termina por habitarnos y nos interpela en lo esencial de nuestra equívoca naturaleza.
Walter Schvartz acierta con las preguntas y desiste u olvida, deliberadamente, consolarnos con respuesta alguna. Posee la inteligencia de privarse y privarnos de ese exceso. A fin de cuentas, por fantástica y remota que parezca esta historia, su vórtice le pertenece, nos pertenece.
Gabriel Landoni

Coordinación y Prólogo Gabriel Landoni ¨Preludios de la Pasión¨

Coordinación y Prólogo Gabriel Landoni ¨Preludios de la Pasión¨
Prólogo: Quien piensa el lenguaje piensa el ser que, acaso, es sólo lenguaje.
Verbo encarnado que vuelve sobre sí mismo acreditando su existencia.
Y Dios ¿ es la presencia de una voz que labra en el silencio un sentido?
¿Es huella necesaria en la nada?
El poeta es, también, un escultor del silencio.
Y el hombre, arcano para sí, comienza de rodillas. Se pone en pie y avanza con paso vacilante; corre después, tanto como se lo pernmiten sus fuerzas. Torna a prosternarse en la vejez y al fin descubre que en el largo viaje de una corta vida no ha llegado sino ante su puerta.
Balbucimos por imperio del dolor; luego construimos sintagmas. La flexión es, entonces, un encuentro entre voces contiguas. Así nos van tomando las palabras.
Y esto -el lenguaje- que aparece como puro fenómeno para la consciencia, ¿es sólo esto o habita una sustancia inefable, trascendente, una energía creadora en lo que decimos?
El arte no es -no podría serlo- mera ordenación de significantes. Supone la posesión a priori de un significado. La belleza - un absoluto posible - es su fundamento.
El artista existe desde una intencionalidad sensible y crea la metáfora en la que inhiere. En ella seguirá pulsando, aún, después de su muerte.
En las altas cumbres del universo creador cada pluma, a la vez, que participa de ese sujeto universal, transita la soledad de su propio estilo.
Ahora pensemos lo nuestro. Lo que hemos dicho hasta aquí es también -y esencialmente- lo nuestro.
Para las páginas que siguen, hemos recorrido ya algún trecho; nos asiste en parte la obra realizada. Y, sin embargo, nos preguntamos todavía: ¿ vale la pena el anancronismo de un libro?. En la era de la técnica, ante la impiedad del mundo:
¿ Por qué? ¿ Hacia dónde? ¿ Para qué?
Tal vez, las palabras de la filosofía -si las conjuráramos- nos acercaran la lumbre que nos falta. Pero aquí nace un libro. Un libro que es uno y es múltiple. Entre las múltiples versiones, la diáspora rinde tributo al fulgor.
Como llama que no habrá de extinguirse, la pasión suma las voluntades y los preludios son acto.
Los jovenes escritores reunidos en esta antología se forman en la misma generación literaria y comparten, por ello, un mismo estro. Divergen en sus propios sueños y agonías.
El gran Demiurgo, en el centro de la escena, soníe y nos regala.
Gabriel Landoni

Coordinación y Prólogo Gabriel Landoni ¨Sinfonía Abierta¨

Coordinación y Prólogo Gabriel Landoni ¨Sinfonía Abierta¨
Prólogo : ¿ Qué es un libro, que significa? ¿Cuántas son sus razones, cuáles sus quimeras? ¿ Qué posibilidades tiene de nacer, de vivir, de seguir aún vivo con los años; vale decir presente, legitimado en la consideración de sus contemporáneos? ¿A qué rango de inserción debiera aspirar en un mundo que se ¨virtualiza¨ en la pantalla de los ordenadores, en la pseudo realidad de los medios?. Preguntas inevitables para una época en que la tecno-ciencia acecha. Como artistas, nuestra esperanza es cauta, nuestra contribución modesta, pero no exenta de valor, al menos para nosotros. Aquí sucede una puesta en acto que realiza una voluntad. Mejor una suma de voluntades que cataliza la pasión. Particular atributo humano- la pasión- capaz de anudar las múltiples versiones.Los autores que integran esta antología trabajan bajo un mismo estro, divergen en sus propios sueños y agonías. Y si quisiéramos especular sobre lo que el título amerita, alcanzaría con decir que el carácter sinfónico está dado por por una comunión de sonidos diferentes pero armónicos y el caracter abierto por la urdimbre de páginas de poesía y prosa articuladas sin transición en el cuerpo que las reúne. Por lo demás, todo acto es un recodo, un antes y un después en la vida y en la obra de un escritor. El universo está unido por hilos invisibles- cita el poeta de EL VACIADERO- ¨no se puede deshojar una rosa sin alterar una estrella¨. Gabriel Landoni

Coordinación y prólogo ¨Historias de medio Tiempo ¨

Coordinación y prólogo ¨Historias de medio Tiempo ¨
Prólogo: Podemos pensar esta selección de textos que damos a la imprenta como un pequeño cosmos, un universo estético de probable unidad. En un fenómeno que llamamos sincrónico, autores, personajes, anatemas cohabitan, refieren recíprocamente. Sin embargo, en este orden costelar, cada pluma orbitará en su rango, dirá lo suyo. Amerita el intento un género atribulado que hoy vive en trauma. Muchas son las teorías que en torno al relato agitan el imaginario del presente afiebrado. Frente a ellas, a la profanación irreverente que nada agrega, es legìtimo preguntarse: ¿ Cómo medir la eficacia de una imagen, el acierto en el tono de una página ?. ¿ Cómo clasificar la delicada fragmentación metonímica en la intertextualidad o el peso inconmensurable de la metáfora o la sinergia de una intencionada omisión, y todo ello sin destruir, en ese acto, el misterio irreductible del cuento o alejarlo, en la innecesaria exégesis del goce del lector para el que fue escrito. En la otra ribera asistimos al prometido banquete de los mejor vendidos para dejar ¨la mesa ayuno ¨ hartos de tanta idea anémica , de tanta prosa y poesìa despojada y no, precisamente, por economía de recursos – lo que fuera deseable – sino por su ausencia radical. Que si se tratara de lo primero: la ardua, dificilísima economia y síntesis a la que todo artista debe aspirar; esta sòlo puede concebirse como la resultante de un largo proceso en el que la riqueza, la solvencia fueron antes condición necesaria. En este camino maestros en nuestra lengua como Azorín o Rulfo - por citar sòlo a dos entre tantos - hicieron escuela ; en el primero la riqueza se somete a un rigor elemental que la hace diáfana; en el segundo un silencio es un mundo, la brevísima parquedad de un personaje, una historia inmensa. Hemos perdido un dios, su ausencia rige el canon. En el relativismo de nuestros días, como trama, como rizoma múltiples versiones se oponen o sintetizan en diversos registros. Y en esa recua – también la nuestra por mucho que nos pese - vale lo mismo la cocinera o la pitonisa, el visionario o el falso profeta, en fin, la obra o el simulacro. Como sujetos históricos no nos arrogamos el derecho de dictar sentencia. Sometemos lo escrito al único juez que tendrá señorío. Gabriel Landoni

Corrección y Prólogo ¨Territorio del cuerpo¨

Corrección y Prólogo ¨Territorio del cuerpo¨
Prólogo: No intentamos sino reflejar un mundo, el más íntimo y personal primero y luego uno más vasto que nos circuye: el de los otros. El artista habita la morada de los días desde una intencionalidad sensible y crea la metáfora en la que inhiere. Pocas cosas revelan más profundamente la intensidad del ser- la fuerza de su voluntad, su extrema indigencia- que la página trazada por la mano del ente que lo soporta. Este universo estético es en la vida concreta también un universo ético. Se escribe como se vive, poéticamente. Es el caso de la joven escritora que nos ocupa. Mariana Chami ingresa en la vaga sombra de la memoria sensorial con su instrumento y nos promete música. Pisa el territorio de un cuerpo inmaterial que, en sus voces, será percepción y evocación privilegiada. Ámbito de un sentimiento casí físico del amor y del vacío de la existencia. Sobre las huellas de nuestra artista podemos, también nosotros, reconocernos cuando somos carne herida por el imperio de la palabra. Gabriel Landoni

Prólogo - Coordinación - Publicación de Cuento que da título al Libro.¨Las sombras del Reino¨

Prólogo - Coordinación - Publicación de Cuento que da título al Libro.¨Las sombras del Reino¨
Prologo : Coinciden sobre la vida más modesta múltiples ignominias. ¿ Conjura ominosa o mero azar ? ¿ abandono de Dios o algo más pavoroso, todavía, su Ausencia Real?.Arcanos de la existencia. Sombras del reino. Una cosa es segura : en la impiedad del mundo todo porvenir se precipita en ocaso definitivo. ¿ Nihilismo vital ? . No. Experiencia vivida en largo andar de huellas fatigadas. Mirada triste y lúcida que intenta trascender el mito y la razón. Humilde presunción de un saber, el del arte. ¿Porqué debiera un artista albergar la esperanza?. ¿ Porqué su voz debiera alzarse edificante? . Su gesta no es la del heroe. La siembra de su mano evoca el rigor de la siega que la precede. Y como mucho, cumple con - lo que los griegos nombraban no sin horror - El Destino. Si es afortunado relata un orbe: el más obscuro y personal primero y en esa cifra el de los otros. La lumbre que irradia revela sueños y agonías. No aconseja el dolor, nace para encarnarlo. Por lo demás, madre e hija van a misa cada una con su dicha, replica Azorín. Vale decir cada uno tras su afán, la virgen y la ramera, el santo y el pecador. GABRIEL LANDONI
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